El inicio de los actos ejecutivos en los supuestos de autoría mediata por medio de un aparato organizado de poder
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2021Autor(es)
Roldan Gavidia, Luis Yoao
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Para el derecho penal, la mediación de autor es un concepto legal diseñado para
ampliar el alcance de los infractores. De esta forma, se pretende eliminar la
posibilidad de que quienes cometan delitos utilizando a otros como medio de
ejecución queden exentos de responsabilidad penal.
En nuestro ordenamiento jurídico, el art. 23° del Código Penal reconoce tres
formas de autoría, correspondiendo la segunda a la autoría mediata. Según esta
disposición será autor “El que realiza por sí o por medio de otro el hecho punible
y los que lo cometan conjuntamente…”.
Ahora bien, según HURTADO (2005) en la actualidad se admiten tres formas de
autoría mediata. En todas ellas el agente actúa o incide dominando la voluntad
del intermediario material. Por consiguiente, “el autor mediato debe tener la
posibilidad de controlar y dirigir de facto el comportamiento de la persona que
utiliza para cometer el delito (p. 865). La primera provenía del “dominio por
error”, la segunda modalidad era la del “dominio por coacción”, y la tercera
modalidad es conocida como “autoría mediata por dominio de la voluntad en
aparatos de poder organizados” (BACIGALUPO, 1998, p. 369-372).
Cabe precisar, que la discusión frente a la autoría a partir de aparatos
organizados de poder es un tema que cobró vigencia desde las lecciones del
profesor Roxin en el año 1963, (ROXIN, 1998, p. 274) quien realizara su
planteamiento de cara a fundamentar el juzgamiento de los intervinientes en los
crímenes del holocausto nazi.
Por otro lado, el art. 16° del Código Penal, establece que en la tentativa el agente
comienza la ejecución de un delito, que decidió cometer sin consumarlo.
Sobre el particular, cabe precisar que esta fórmula legal no ha traído mayor
inconveniente en su aplicación a los supuestos de realización del delito mediante
la autoría directa o la coautoría, sin embargo, al no contener ningún criterio específico para la determinación del comienzo de ejecución del delito en los
supuestos de autoría mediata su identificación es discutible.
Y es que, identificar el inicio de los actos ejecutivos del delito en los casos de
autoría mediata, resulta complicado; pues ello dependerá de cómo se conciba la
tentativa, de cuando se comienza a ejecutar los actos propios de la tentativa y
especialmente de quien los ejecuta.
En otras palabras, la aplicación de la teoría de ROXIN está vigente; no obstante,
si bien, la legislación penal concibe la figura de la autoría mediata, así como
regula la tentativa; también es cierto, que no existe una delimitación precisa
sobre el momento que da inicio a la ejecución del delito, a fin de identificar la
tentativa en los casos de autoría mediata.
Por lo tanto, el estudio del comienzo de la ejecución del delito dentro de nuestra
legislación penal, supone un reto que parte del hecho de delimitar la imputación
dentro del iter criminis.
En consecuencia, resulta necesario la existencia de criterios jurídicos para
determinar el momento de la ejecución en los delitos de autoría mediata, a través
de un aparato de poder organizado para diferenciar los grados de desarrollo del
delito y poder distinguir si nos encontramos ante actos preparatorios o ejecutivos
del delito, a efecto de calificar la tentativa como primer estadio de punibilidad. For criminal law, mediate authorship is a legal concept that seeks to broaden the
scope of the perpetrator of the crime. In this way, it is intended to eliminate the
possibility that a person who commits a crime using another as a means of
execution is freed from criminal responsibility.
In our legal system, art. 23 of the Penal Code recognizes three forms of
authorship, the second corresponding to mediate authorship. According to this
provision, the perpetrator will be “The one who performs the punishable act by
himself or through another and those who commit it jointly ...“
Now, according to HURTADO (2005), currently three forms of mediated
authorship are admitted. In all of them the agent acts or influences dominating
the will of the material intermediary. Consequently, “the mediate perpetrator must
have the possibility of de facto controlling and directing the behavior of the person
he uses to commit the crime (p. 865). The first one came from “dominance by
mistake“, the second modality was that of “dominance by coercion“, and the third
modality is known as “mediated authorship by dominion of the will in organized
power apparatuses“ (BACIGALUPO, 1998, p. 369-372).
It should be noted that the discussion against authorship from organized power
apparatuses is an issue that took effect from the lectures of Professor Roxin in
1963, (ROXIN, 1998, p. 274) who made his approach in the face of justify the trial
of those involved in the crimes of the Nazi holocaust.
On the other hand the art. 16 of the Penal Code, establishes that in the attempt
the agent begins the execution of a crime, which he decided to commit without
consummating it.
In this regard, it should be noted that this legal formula has not brought any major
inconvenience in its application to the cases of carrying out the crime through
direct authorship or co-authorship, however, as it does not contain any specific criteria for determining the beginning of the execution of the crime. Offense in
cases of mediated authorship, identification is debatable.
And it is that, identifying the beginning of the executive acts of the crime in the
cases of direct responsibility, it is complicated; This will depend on how the
attempt is conceived, on when the actions proper to the attempt are carried out
and especially on who executes them.
In other words, the application of the ROXIN theory is current; However, although
the criminal law conceives the figure of mediate authorship, as well as regulates
the attempt; It is also true that there is no precise delimitation of the moment when
the crime begins, in order to identify the attempt in cases of indirect responsibility.
Therefore, the study of the beginning of the execution of the crime within our
criminal legislation, supposes a challenge that starts from the fact of delimiting
the imputation within the iter criminis.
Consequently, it is necessary the existence of legal criteria to determine the
moment of execution in crimes of indirect responsibility, through an apparatus of
organized power to differentiate the degrees of development of the crime and to
be able to distinguish whether we are facing preparatory acts or executives of the
crime, in order to qualify the attempt as the first stage of punishment.
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